sábado, 30 de enero de 2010

Del vicio

Cuando el humano ha comprendido la búsqueda del placer ya sea de una forma conciente o inconsciente, no quedará otra opción en la mente, que llevar a cabo el cumplimiento del placer cuantas veces sea posible, pues el individuo es incapaz de diferenciar lo que es bueno a lo que le es placentero. Es decir, el cuerpo de forma inmediata reconoce el placer como bienestar, mas esto significa primeramente, que el bienestar es efímero, pues cualquier cumplimiento del deseo así es. Segundo, ¿qué es lo bueno? Pues el cuerpo reconoce su bienestar y no falla, es certero que el cumplimiento del deseo es placentero, sin embargo, ¿son los cuerpos lo único real?
Es mi deber comentar que irónicamente esta pregunta me parece muy universal, por lo tanto es absurdo responderla, ya que es imposible responderla por razón, como cualquier típico filósofo se ha preguntado. Así que, solo la intuición del individuo o apercepción de sí mismo podrá responder esta pregunta; Me parece inútil una respuesta universal para todos los hombres, pues cada quien existe en sí mismo y a razón de esto, sólo el individuo ha de diferenciar lo que es realmente bueno y lo que es transitorio, que en mi opinión, es el deseo y su cumplimiento, algo muy lejos de ser bueno.
De esta forma, como por costumbre mental, podemos saber intuitivamente adonde nos dirigimos y personalmente evaluar si los resultados y sus causas nos parecen convincentes para aceptarlas, tanto como las verdades que cada quien en su intuición se ha propuesto como principios y por lo tanto, por algo que es realmente bueno. De esta manera, el vicio más común es el conocimiento del humano, a saber: que la inmediatez del instinto por cumplir un deseo es algo muy común y que sólo este vicio de la mente puede ser suprimido primeramente, si se tiene como verdad que el cuerpo reconoce sus necesidades y percepciones por el mismo, más esto no representa del todo una verdad, y segundo, que las percepciones de los objetos que analizamos, son la recolección por costumbre de la mente en donde, por el paso del tiempo, las experiencias se han convertido en nuestros aprendizajes que revelan únicamente los conocimientos que al cuerpo le son suficientes. De esta manera, el vicio de la mente por creer que la percepción de su cuerpo es lo único certero y que éste, es guiado por deseos, es una verdad. Sin embargo, he de llamarla, verdad sensitiva, pues esta verdad es sólo un factor que se considera importante para la existencia material de nuestro cuerpo.
El vicio más común del humano por creer las creencias establecidas de la mente que se han hecho como si fuesen inmutables a través del tiempo, lo considero, la forma más básica del conocimiento humano. Pero, he de repetir lo que he mencionado tantas veces, ¿Cómo puedes buscar un conocimiento que ya está en tus manos? ¿Cómo puedes aspirar la verdad humana si ya está escrita en tus genes? Más aún, cualquier pregunta que se responde por razón o sensitivamente representan respuestas sin límites, y esto es la desgracia del filósofo, pues es humano y no puede negarlo, así como la desgracia de cualquier humano que está en este sistema de ilusiones, de esta forma, dos opciones habremos de aceptar, primera, aceptar tu humanismo, y la segunda, dejar de cuestionar, pues jamás habremos de alcanzar una verdad que está más allá de nuestra esfera de posibilidades de conocimiento; No por razón eso es seguro, si no por el conocimiento espiritual que muchas veces ha sido intuido inconscientemente por el individuo que ahora mismo lee lo escrito en estos ensayos.
Seguramente nos preguntamos, ¿cuáles son estas experiencias? Y mi respuesta es: el mundo del espíritu es tan absoluto como la apercepción del individuo hacia consigo mismo lo es.

viernes, 29 de enero de 2010

De las mujeres

Una vez que el individuo se ha reconocido como humano, que su atención ha sido enfocada primordialmente en el cumplimiento del deseo para su satisfacción, éste quedara expuesto totalmente a la pasión por vivir, y la pasión por vivir es el reconocimiento del placer en todos sus aspectos.
Se ha dicho que una pasión significa poner tu atención o amor hacia algo, mas aún, esta atención es necesariamente algo que te produzca un placer. Y como lo vimos anteriormente, el humano reconoce el placer como su fin por lograr.
De esta manera, el cuerpo no miente (pide lo que le es necesario), como la vida tampoco, si no que ésta es y se manifiesta; El humano acepta la vida y sus pasiones que necesariamente son la búsqueda de el bienestar del individuo (primeramente en el cuerpo como necesario para la existencia terrenal) en donde éstos placeres están relacionados con algún sufrimiento puesto que la insatisfacción de un deseo siempre conlleva a un sufrimiento.
El transcurso del tiempo ilusorio en la vida de un humano en la tierra es naturalmente, cumplimiento de deseos y placer, cuando éstos no son satisfechos se llega a un sufrimiento. Esta es la razón por la cual los principios del cristianismo toman en cuenta el sacrificio como un medio para suprimir éstos deseos y llegar a la salvación, o también como un medio para utilizar tus pasiones al bienestar comunal. Pero yo digo, los principios de cualquier religión están expuestos naturalmente en el humano, así que el que no ha seguido una religión, por nada debe de preocuparse, porque éstos principios ya los sabe, por lo menos intuitivamente.
El humano y cualquier expresión de vida saben intuitivamente que son vida, y que la naturaleza no puede mentir, de esta manera la ley de supervivencia es aplicable a cualquier humano, en donde su decisión más natural es aceptar la vida. Es por esto que cualquier individuo es llevado por sus pasiones, incluso hasta los límites y la muerte. El más humano vive con entregadas, violentas y poderosas pasiones. No importa cual sea esta, es únicamente expresión de humanismo, afirmación a la vida.
La más grande afirmación a la vida y por lo tanto, lo más humano, es sin duda alguna, tu pasión (o amor) por una mujer. El instinto del hombre a la ley de supervivencia es inmediato, de aquí que las mujeres sean el motor del mundo, la más grande pasión por vivir. ¡Deben serlo!

Del país consumista

“La aceptación a la vida es lo más común en el humano, y con esta, funcionar a través de la ley de supervivencia”
La ley de supervivencia pide lo que le es necesario a lo que el humano comúnmente cree que es, su cuerpo, y el cuerpo no falla, pide lo que le es suficiente para funcionar, siendo el deseo la primer causa del humanismo es también, su consecuencia si no se es cumplido de forma infinita, la insatisfacción o sufrimiento.
Cuando la conciencia colectiva en un sitio determinado ha decidido aceptar la vida y su humanismo, no quedará otra opción que afrontar este humanismo, es decir, cumplir los deseos y satisfacerlos será el propósito de todas aquellas personas que han reconocido una necesidad primordial tan importante como las necesidades básicas (alimento, techo, vestido, educación etc.) sin embargo, ya que las necesidades del cuerpo son inmediatas con el instinto de supervivencia, éstas serán satisfechas también naturalmente de forma inmediata, por lo cual es imposible que una persona satisfaga sus deseos, debido a que éstos no son satisfechos, nacen uno detrás de otro e imposibilitan la satisfacción del individuo. Esto hace que el individuo no se sienta conforme con lo que posee y adquiera cada vez más y más sin llegar a límites establecidos. El consumo ilimitado de una persona contribuye también en la educación de sus semejantes, siendo esto, si no es controlado, una contribución a la cultura que, cada vez más por el paso del tiempo, se convierte en una costumbre innecesaria. Mi pregunta es: ¿necesitamos lo que deseamos? O mejor dicho, ¿El deseo es necesario?
Y mi respuesta es: el deseo es necesario si haz afirmado la vida y sus consecuencias teniendo presente el conocimiento de que tu existencia por sí misma significa perseguir el bienestar que el individuo particularmente busca, pues “ningún espíritu es igual que otro” y de esta manera la vida no pide otra cosa que conseguir un bienestar, consecuencia de la satisfacción del deseo.

Aquí se llega a un tema que me parece serio, a saber: cualquier individuo independientemente de su clase social o económica persigue su bienestar, ya sea para el pobre que vive en las calles sin hogar, el conseguir limosnas para su alimento diario, o el que tiene abundancia de virtudes e intelecto, perfeccionarse a sí mismo, o el amante de la música en dedicarse a llevar a cabo su talento porque le es placentero, o el criminal que por necesidad consigue sus propósitos (alimentación del cuerpo) o por gusto le es placentero practicar su inconsciencia. Todos estos ejemplos nos llevan a reflexionar: cualquier individuo persigue un bienestar, y este bienestar primeramente significa alimentar el cuerpo con una infinidad de factores, en donde si son cumplidos con éxito llegarán otro tipo de búsquedas que no serán ya las necesidades básicas. Es decir, el individuo que ha sido satisfecho con las necesidades básicas del cuerpo que mencioné anteriormente, estará expuesto a otro tipo de necesidades que son precisamente, el conocimiento adquirido por el paso del tiempo a saber: la necesidad como primer principio de vida; Que el deseo es sólo una herramienta para estar de pie en la tierra, y que no hay mayor placer y mayor regalo que la paz absoluta de suprimir el deseo. Tener el conocimiento del vacío, el mundo espiritual.
De esta forma una nación consumista debe de estar conciente que si los deseos no son controlados, existirá una inestabilidad para el individuo así como en conjunto, pues la cultura y las costumbres no pueden ser evadidas con facilidad.

...

Ahora, si reflexionamos en que el deseo pueda ser suprimido por completo y que la realidad del individuo no será ya una búsqueda de placer porque ha comprendido que el cumplimiento del deseo no tiene ya un sentido ni significado para él, podemos decir como consecuencia de esto, que la economía del país tal y como funciona ahora, no tendrá tampoco algún significado.
Una vez que el individuo ha cesado de tener deseos innecesarios, la economía del país centrará su atención en las cosas más primordiales que son únicamente, fomentar la existencia del individuo.
Esto es, precisamente, abolir por completo el capitalismo que tanto se ha idolatrado en estos días y crear soluciones para las personas que no han podido cubrir sus necesidades básicas.
¡Con mucha razón tendré que comentar que este sistema es bueno! La organización del país que ha dejado de ser consumista tendrá ahora, como prioridad, educar y alimentar a los que no han tenido estas posibilidades.
Pues el único conocimiento presente del hombre común que ha decidido ser superhombre, es que su existencia no puede ser amenazada de ninguna manera, y que su cuerpo, es sólo una herramienta para pisar la tierra al igual que su razón.
¿Por qué alimentamos el cuerpo con semejantes vicios, que en muchas ocasiones exceden los placeres suficientes? Lo que yo reflexiono y propongo, es únicamente justicia como remedio para la inestabilidad espiritual colectiva. Pero por el momento basta que hable de principios morales, éstos no se aprenden. O como lo expresó Voltaire: “Ni cuatro mil libros de metafísica nos enseñan qué es el alma”

martes, 19 de enero de 2010

"Yo soy el que soy"

Se ha dicho que una filosofía positiva es una falsedad, que las palabras o la designación que se les da a las preguntas más comunes son respuestas como: espíritu, alma, trascendencia, absoluto, eternidad, lo que deviene y nunca es, o lo que es infinito y siempre es. Todas estas definiciones no tienen algún sentido para definir la realidad de una forma convincente.
Pero yo opino, no son estas palabras las que no tienen algún sentido para la definición o explicación de nuestra realidad, si no que son nuestros mismos razonamientos una herramienta poco convincente y verosímil para la explicación de nuestra condición como humanos, así como nuestra percepción del mundo.
El razonar te lleva a verdades lógicas, esto queda demostrado por ejemplo, en los diálogos de Platón. Cuando, atando cabos por lógica, llegan a la conclusión de que el alma es inmortal, que es peor cometer una injusticia que sufrirla, que aprender no es más que recordar, etc.
Si pensamos con lógica y sentido común, tus respuestas van a ser inmediatamente verdaderas y obvias. Pero, lo que es lógico y por lo tanto, digno de ser razonado, no es mas que un análisis y síntesis de la composición de sus partes, siendo esto una forma de atribuir cualidades a algo existente. Debo de confesar que la razón humana es bastante útil, pero jamás del todo convincente. Lo único real es experimentar la cosa en sí, no definirla ni clasificarla en partes, mucho menos atribuirle cualidades como lo he hecho varias veces, admito. Sin embargo, la razón por la cual se atribuyen cualidades al ser tales como eterno, inmutable, indestructible, puro, cambiante, etc. Es que el individuo intuye su realidad de esta forma y da una explicación por razón a través del lenguaje. Siendo la intuición el causante o el creador de la filosofía.
Por lo tanto, cualquier individuo que se declare humano no podrá tener nunca una verdad universal. No podrá decir con certeza al mundo: el ser es eterno, el dios del cristianismo es el único, el átomo es indivisible, la gravedad como el espacio son los causantes de la creación del universo, etc. Únicamente tu verdad es universal con el simple hecho de ser la intuición de ti mismo.
Así de esta forma, jamás podrás convencer a otro de tu verdad porque la percepción de ti mismo es tuya y de nadie más.
Tu mundo del espíritu es la experimentación de ti mismo, de tu ser, que precisamente, es absurdo descomponerlo en partes o darle una definición razonable. Por esta razón sólo el individuo puede decir con certeza: “Yo soy el que soy”.
La intuición de ti mismo, que es tu realidad compuesta por una infinidad de factores quedará explicada simplemente en “Yo soy el que soy”.
Asi que, es mi deber confesar, que tanto desde Parménides hasta Kant, o las filosofías posteriores a Kant, se han comportado como lo que son, humanos. Las respuestas emotivas o por razonamiento son la manifestación del ser o expresión de la intuición de ti mismo. Algo muy humano, por cierto.
De esta manera, cualquier pregunta o respuesta metafísica no son más que la expresión del ser, que en este caso, la filosofía es muy humana, como también los derivados de la razón y la lógica y todas las emociones posibles.
Por eso llego a esta conclusión, a saber: ninguna respuesta es verdadera o falsa, ninguna filosofía es verdadera o falsa, simplemente es la expresión del ser que queda resumida si es con palabras, de esta manera: “Yo soy el que soy” sin importar el previo entendimiento del lector, pues estoy seguro que puede ser intuido y asimilado.

viernes, 15 de enero de 2010

Observación 79

En cuanto al humano como tal, es sensato aceptar que actuamos por principio de razón, intuimos sensiblemente, experimentamos emociones y deseamos, y a razón de este deseo, sufrimos.
Pues ya se ha dicho, la ilusión de alcanzar una felicidad efímera por el cumplimiento de un deseo, es una ilusión. Pues este cumplimiento de deseo nos da una satisfacción pasajera y no en una forma completa.
La ausencia de deseo es difícil, pues ¿Cómo dejamos de ser humanos?
Así de esta forma, mientras recorremos el camino por llegar al superhombre nos queda por decir: “compartamos nuestro humanismo” seamos humanos mientras no lleguemos al vacío. Compartamos pues, nuestra herencia.
So Wunchen wir es.

Observación 78

¿No es propiciar la guerra la obtención de un poder ilusorio? A saber: es invento de humanismo a causa de obtener propiedades, de entrar en desacuerdos, de intolerancia a lo ajeno por el ego, de expresar el miedo por sentir una amenaza que no existe. Todo esto, por la ley de supervivencia.
¿No es desear dinero la obtención de un poder ilusorio? A saber: es puro humanismo a causa de de la alimentación del cuerpo (conocimiento primordial del humano), de las miradas ajenas a tu ego, de los honores, de la fama, del placer del instinto sexual por perpetuar la especie. Todo esto, por la ley de supervivencia.
¿No es el placer expresión de humanismo? A saber: todos estos factores son la expresión de la voluntad de vivir. De declararte humano por la ley de supervivencia siendo la causa del humanismo el deseo, y su consecuencia si es cumplido, el placer. Mas aún, cualquier placer es una ilusión, se desvanece tan rápido como nace.
Cumplir con la ley de supervivencia es placentero, como el humanismo también lo es. Por consecuente, el más humano tendrá que reflexionar: ¿Cómo puedo obtener algo que ya está en mis manos? Es absurdo, ¿Cómo yo, siendo el más humano, puedo llegar al mundo del espíritu? A lo que precisamente, no puede ser humanismo. Si no lo supresión del deseo y el placer ilusorio, para tener la paz y el vacío absoluto. Para dejar de ser humano, y llegar al superhombre.

Observación 77

¿Como se confunde el poder ilusorio del poder real? A saber: el poder real es tu voluntad completamente puesta en un ideal, así tu voluntad es el único poder que se pone al servicio del espíritu. Voluntad es lo único suficiente para encontrarte a ti mismo, voluntad de ser, voluntad de actuar.
Si tan sólo supiera la inconsciencia, que el velo de maya o el error mental por la ilusión es su enfermedad, mientras que su cura primeramente es el reconocimiento de su existencia y por lo tanto, la iluminación del individuo por diferenciar lo que es poder de voluntad y poder ilusorio.
El poder de la voluntad es lo que yo llamo “la decisión de ser quien realmente eres” no por ego, no por orgullo, no por honores ni reconocimiento en los demás, no por vanidad, si no porque ser quien realmente eres es lo único que busca la conciencia. Por poder de voluntad.
El individuo sufre, ¿Por qué? Porque no hay poder de voluntad si no poder ilusorio. Pues lo finito es vano y lo infinito no perece.
El mundo sufre, ¿Por qué? Porque no se reconoce la diferencia entre lo finito y lo infinito, lo sagrado y lo mundano, el hombre instintivo y el hombre supraconciente.
El individuo sufre por ignorancia, a saber: la ley de supervivencia es aplicable en cualquier tipo de situación, ya sea en una persona rica en bienes materiales, en el saber, en el ego, en la estética, y todas aquellas cosas que son contrarias a esto. El justo sufre de la misma forma que el injusto, la diferencia está en que uno u otro se reconozcan así mismos y por lo tanto, su poder de voluntad justifica los medios en sus actos ya que el reconocimiento de ti mismo jamás te lleva al error, si no al nirvana.
Poder de voluntad es tener el conocimiento espiritual de que por ningún tipo de medio puedes ser amenazado, mas aún, tu existencia no puede ser amenazada.
El conocimiento por principio de razón te dice que eres finito, que mueres como un proceso natural, pero han de saber ya sapientísimos, que su verdadero saber les dice, estoy en verdadera templanza y paz, porque no soy mortal.
Poder de voluntad significa perdonar, porque ninguna ofensa representa una amenaza, mas aún, nada puede perjudicarte, nada puede dañarte.
Perdonar es comprender la ley de supervivencia y las consecuencias que trae consigo, pues en verdad digo, el que vive no es culpable de esto, pero si su responsabilidad en su encuentro consigo mismo. Su decisión de ser superhombre.
Poder de voluntad significa reconocer la vida y sus consecuencias y tu conciencia que es colectiva. Esto porque tú eres uno con el todo.
Es suprimir la ley de supervivencia y encontrar el vacío, el mundo espiritual. Todo esto en vida, pues no hay otra forma de dar testimonio de ti mismo.
Tener poder de voluntad te lleva a la liberación por conocimiento, tu reconocimiento y sus actos que siempre son templanza. A saber: cualquier acción pura, libre de errores ilusorios, es una invitación a otras conciencias a que sean su verdad y se manifiesten.
Pues en verdad les digo, el que ha comprendido lo escrito en este libro tiene su introducción al mundo del espíritu, lo que cualquier tipo de expresión de vida trata de llegar por todos los medios.
Al conocimiento que repela cualquier sufrimiento y te libera del error.

Observación 76

Ahora, si pensamos en que la negación a la ley de supervivencia nos dará una introducción al vacío o a la realidad espiritual que es la separación de tu razón e instintos, podemos decir también, como una realidad contraria a esto, que la afirmación a la ley de supervivencia se manifiesta cuando el individuo actúa como su naturaleza individual lo tiene ya escrito, llámese genes y propagación de la especie.
La evolución de la especie humana, hablando de una forma biológica, actúa independientemente del mundo espiritual, es decir, el humano tratará por todos los medios de actuar egoístamente para preservarse a si mismo. De esta forma el bienestar del individuo cumple con el propósito de su supervivencia y la generosidad, como virtud de humanismo, trata también de cumplir dicho propósito, formando parte de una entidad como individuo que participa en la propagación de sus genes. El egoísmo en el individuo sería una forma de su preservación como éxito de la naturaleza, tanto en el humano como en plantas y animales. Así de esta manera, la afirmación a la ley de supervivencia como su participación en las funciones naturales, obliga al individuo a actuar y conseguir por todos los medios un lugar dentro del ciclo natural de la preservación.
Y la preservación nos dice que las funciones vitales del humano son placeres necesarios, todo esto si tu voluntad ha afirmado la vida y sus consecuencias. Todo esto es humanismo, preservar tus genes sin importar las consecuencias por lograr esto, y la única forma de negar la vida y sus consecuencias (que es una lucha interminable de genes por su existencia) es teniendo el conocimiento de que de alguna manera somos como máquinas dispuestas a hacer lo que sea necesario para seguir en pie y propagar más existencia. Es decir, “Cualquier acto humano, sea el que sea, así como cualquier pensamiento por principio de razón, es una manifestación de la ley de supervivencia y la preservación del individuo. Que esto sería la conservación de tus genes así como de tu existencia.” La afirmación a la vida sería participar en esta lucha de poder, es decir, luchar por existir en el cuerpo siempre ha sido el fundamento de cualquier expresión de vida. Pero, volviendo de nuevo a la filosofía antes que la ciencia, forzosamente estoy obligado a preguntarme. ¿Cuál será entonces la mejor opción para enfrentar, si es la aceptación a la vida y sus consecuencias, o la negación a la vida y el mundo espiritual? así que es mi deber responder que ninguna de estas opciones es real si no lo haz decidido. El mundo espiritual es tan alcanzable como la vida lo es a la muerte. Y la afirmación a la vida sería pensar como lo escribió Homero en su obra, “Sopórtalo corazón mío, pues muchas cargas ya haz soportado”

Observación 73

El primer principio que se reconoce de forma inmediata en un humano es su gran capacidad para mentir en cualquier aspecto por la ley de supervivencia. Y es que es tal el poder de la naturaleza que nos obliga aunque no estemos de acuerdo, en hacer y expresar las cosas por el principio de razón. La razón como lo diría un hombre conciente, clasifica las cosas de tal manera en que es imposible poder discernir lo que realmente es. De aquí nacen las palabras que no son más que designaciones de un algo sin sentido.
Actuar por el principio de razón es una ilusión. Así que el que es adicto a su conformidad por las palabras, que no tienen ninguna especialidad, esta tomando el camino de una ilusión. Es lamentable poder decir con honestidad que actuar de esta forma, por el principio de razón, es lo único que podemos conocer. Pero como ya lo había comentado: ¿no es insensato buscar lo que ya tienes en tus manos? Nacemos, vivimos en la monotonía de nuestra razón, y por esto sufrimos, y finalmente como un triunfo a la naturaleza, que es vida, morimos.
Pero la naturaleza no puede ser evadida con facilidad, ni por un magnifico pensamiento de voluntad por hacerlo a la fuerza. Precisamente porque somos naturaleza es difícil hacerlo a un lado, porque suprimirlo o deshacerte de la ley de supervivencia, es difícil casi imposible. Como si el agua quisiera ser sólo hidrógeno porque no le gusta su condición, sin embargo, aunque lo logre y sea tan sólo por un momento de éxito, volverá a ser como era antes en su fluidez, pura y cristalina.
Así la condición del humano es vivir en la ilusión de la razón y sus inventos tan sobreestimados por el hombre común. Así como el egoísmo, vanidad, miedo, el deseo de existir. Todas estas cosas son sus inventos o lo que comúnmente llamamos, humanos. Así la afirmación a la vida es también afirmación al sufrimiento y sus consecuencias, pues como es pensado ya por hombres concientes que nuestra mente se alimenta de deseos y una vez que estos son satisfechos vuelven a nacer nuevos y así infinitamente no somos saciados en nuestra sed por cumplir el ciclo que es repetido una y otra vez, generación tras generación, especie tras especie. Y esto es la mayor angustia que un humano puede experimentar, el no saber el valor de su existencia ni sus causas, no por el principio de razón. Pues por esto nada puede ser intuido de una forma verdadera. Solo puede ser intuido por percepciones que te dan un poco de información en tus alrededores, incluso también una percepción sensible te da un conocimiento interior. Pero es sólo una percepción. Ahora, si el conocimiento de la razón no nos lleva a ninguna intuición primitiva y esencial del ser, así como sensibilidad de nuestros órganos, el fluir de la sangre, el palpitar del corazón, la fluidez de nuestra respiración, la intuición de la música. Todo esto nos da detalles de nuestra existencia, pero no un valor completo. Así como el meditar durante horas en silencio con nosotros mismos y estar concientes de todas estas maravillas nos hace saber o experimentar la condición de la valiosa fuerza de vida, de esta misma forma también sería no experimentarlo, es decir, no estar vivo.
Así sería el despojo de una parte de ley de supervivencia o sufrimiento. Sin embargo, el humano esta destinado a estar en este estado, uno antes de nacer y otra terminando el proceso, podemos concluir que este vacío es obligatorio. Pero aun así, la conciencia sigue inconforme por el principio de razón o nuestra realidad ilusoria que tanto tiempo se ha tomado como una verdad, y por otra parte, la indiferencia a la vida misma provoca también una inconformidad porque negando la vida por muerte, no se llega a ninguna realidad de forma satisfactoria. Entonces, si el conocimiento por razón no es suficiente, ni las percepciones de los sentidos, ni la negación de la vida por abstenerte de vivir por instintos o algún intento por abolir los deseos. Si todo esto no es suficiente, ¿que otra verdad nos queda? ¿Qué otra verdad nos queda si no es aceptar que haz nacido humano y no puedes volver atrás mas que aceptándolo?
Es por esto que la evolución de la conciencia avanza de una forma relativamente lenta y seguimos siendo humanos sin decidir ser superhombres. Ya es un paso adelante, creo yo, estar inconforme con una realidad incompleta. Pues ahora mismo es certero que mi deseo por descubrir más es la función por la ley de supervivencia, y por lo tanto, deseos que llevan a más sufrimiento. Y así de forma constante hasta que tu esencia, que es naturaleza, cumpla con su ansiada excreción. La muerte.
Deshacerte de la ley de supervivencia es ir en contra del principio de razón, pues el último esta en función de este. Cuando no funcionas por razón aunque sea por sólo un momento, experimentas lo que la meditación es. Y es la pura existencia y percepción sensible. Es una templanza a la mente o una tranquilidad al espíritu. Una desconección al sufrimiento causado por el principio de razón que es conocer el exterior en la causalidad del tiempo y el espacio. Esto nos da un mayor conocimiento de nosotros mismos desatando el poder del ser sin el pensar. Es decir, si pensaras, sería pensarte sólo a ti mismo. Y es este estado del ser, no viviendo en razón y evitando la ley de supervivencia lo que nos hace conocer una parte de nuestro ser, pues si fuera de una forma completa destruirías el sufrimiento, es decir, el deseo de vivir. Pero las prácticas comunes ya conocidas de la meditación son vanas, sólo verdaderos conocimientos ocultos pueden ser el único remedio contra la ignorancia y el conocimiento de la cosa en sí. El descubrimiento del espíritu puro.
Así la conciencia del humano por su inconformidad ,presente en algunos casos mas que en otros, “pues ninguna conciencia es igual que otra” está obligada como el cuerpo lo es a su muerte, a su destino que es su completa experimentación de sí mismo. Como se hace llamar comúnmente: la experiencia de ser Dios. O como lo llamo yo (afirmación de mi individualidad y presencia del “Yo soy”), el mundo del espíritu.
Así de esta forma, el deseo es puro humanismo como la individualidad también lo es. El egoísmo y la vanidad por la opinión de otras conciencias, una de las muchas consecuencias del principio de razón, son humanismo. La presencia del “Yo soy” es humanismo. Y la experiencia del mundo del espíritu, será del humano que ha decidido ser el mismo. El que se ha elevado sin límites en su propio universo y es superhombre independientemente del tiempo ilusorio (pues también el tiempo es producto de la razón). Es decir, es infinitamente el mismo. Sólo por estos medios es posible no sólo aspirar la verdad que no se ha alcanzado por razón, si no ser esta verdad. El anhelo queda en el pasado tomando lo que es tuyo, recordando tus orígenes, pues aprender no es más que recordar. En esto consiste el humanismo, en desear y satisfacer, en actuar por el principio de razón y vivir sus consecuencias. En el nacimiento del deseo (primeramente por razón) y su satisfacción o insatisfacción. En la ausencia de voluntad para el mundo del espíritu.

Observación 72

Desde el momento en que nacemos estamos destinados a ser humanos. Pero, ¿qué es ser humano? Lo primero que yo intuyo es no poder conocer las cosas del todo, es decir, no conocer las cosas verdaderamente en si mismas.
Lo que puedo conocer del mundo material o lo que el humano conoce inmediatamente, es precisamente, una breve intuición sensible de las cosas. Y esto significa que las cosas representan sólo una breve imagen de la forma del objeto, pero la intuición sensible percibida de los cuerpos no representa del todo al objeto. Esto sería como conocer la superficie del mar desde afuera, mientras que en el fondo está la verdadera esencia.
Mi percepción sensible de las cosas o lo existente materialmente no significa más que una representación falsa, y conocer a otras personas quedará por siempre en tal afirmación.
Cuando yo intuyo espiritualmente que yo soy el todo. Verdaderamente así es. Sin embargo, tal afirmación es incorrecta si yo percibo el mundo de una forma sensible y no espiritual. Así como alguna vez Platón pensó en sus ideas, de esta misma forma yo pienso en mi realidad sensible que no es más que una representación incompleta mientras que mi intuición espiritual que es precisamente mi interior, es forzosamente lo más certero que conozco.
Mi única realidad es espiritual, es decir, lo que es verdaderamente mío.
Así de esta forma, la razón y mi intuición sensible jamás me permitirán conocer las cosas en sí mismas, sólo mi reconocimiento que es la aceptación de tu percepción sensible como solo una herramienta. La razón y la intuición sensible, propias del humano la primera como la segunda, y la segunda, del animal, son formas de conocer únicamente los cuerpos en sus formas. Como si conocieras la máscara de un individuo y no su rostro. Tal falsedad de conocimiento no espiritual es propia de un humano. O como lo pensó Nietzsche, humano demasiado humano.
Yo soy, he sido, y siempre seré.. Yo soy el principio y el fin, el primero y el último, la vida eterna.
Si ustedes comprenden esto de la forma en la que yo estoy conciente de esto, entonces verdaderamente se conocen a si mismos.
Nuestra eternidad no sólo es un pensamiento. El decir: “yo soy la vida eterna”, no es sólo una ilusión. Si no una verdad constantemente experimentada. Tu aceptación de que participas absolutamente en la eternidad, por medio de las verdades reveladas en tu espíritu, te hace forzosamente estar conciente de que nada de lo que pasa a tu alrededor te afecta por algún motivo.
“todo es nirvana”, “todo es eterno”.
Es decir, cualquier suceso experimentado y percibido, es nirvana. Es eterno. Así, de esta forma, el caer y volver a levantarte, el vivir tempestades y sufrimientos, el vivir el sansara en su máxima expresión, es verdaderamente estar dentro de este ciclo eterno. Dentro del nirvana.
Estar conciente de esto, no es aprender con palabras. Pues los conocimientos reales y verdaderos, no se encuentran en doctrinas ni en palabras, si no, en experiencias espirituales. Por lo tanto, el decir: alcanzaré el nirvana, es incorrecto pensar y decir esto. Pues como ya lo he dicho anteriormente, ni el tiempo ni la muerte existen. Son ilusiones.
Así de esta forma; el pecador no se convierte en santo, ni el inconciente en conciente, ni lo pagano en sagrado. Pues el pasar de un estado a otro, es participar en el tiempo. El tiempo no existe, es una ilusión.
El ser un inconciente que alcanza el nirvana, no es una verdad. Porque participas de estar en un estado, a pasar a otro estado del ser. Y esto es estar en el tiempo ilusorio.
“todo es nirvana”, “todo es eterno”
En el santo está el pecador. En el ignorante está el sabio. En el sansara está el nirvana. En el infierno está el cielo. En la enfermedad está la curación. En el perverso está en inocente. Es decir, el enfermo ya está curado y el pecador ya es un santo. Porque “todo es nirvana”.
La única realidad de las cosas que percibes, es lo que el espíritu reconoce. Y esto es, que nada es malo ni bueno. Simplemente es eterno, simplemente es nirvana.
Ahora estoy sentado escribiendo esto al mismo tiempo estoy aceptando una realidad que yo mismo creo. Es decir, me estoy creando a mi mismo. Así como la realidad que percibo con mis sentidos y pensamientos a mi alrededor.
Por ejemplo, yo escribo sobre lo que yo creo que es una hoja de papel, porque así decido creerlo. Porque yo decido, o mi mente decide aceptar esta realidad. Pero si yo razono en que esta hoja de papel en la que escribo, no es mas que una creación de mi mismo, de mi verdad, entonces las cosas cambian de sentido.
Y si razono también en que esta hoja de papel en la que escribo, fue antes de ser una hoja, la parte de un árbol. Entonces las cosas cambian de sentido y ya no es una hoja en la que escribo, si no una sustancia extraída de un árbol.
Y si razono también en que el árbol tuvo que haber nacido para que yo pudiera crear mi realidad y expresar mis pensamientos escritos en este papel. Entonces mi verdad sobre esta hoja de papel, se origina desde antes del nacimiento del árbol. Del cual creció del suelo, gracias a la tierra fértil y minerales que permitieron que el nacimiento del árbol fuera posible. Y antes de que existiera ese suelo, existían hábitats y ecosistemas distintos mucho antes del nacimiento del árbol. Y así infinitamente hasta llegar al origen de todo. A la creación del universo. “tu realidad es creada por ti mismo”. La hoja de papel en la que escribo, sufrió muchos cambios y pasó por diversos estados del ser que permitieron que actualmente mi mente lo percibiera tal y como es. Es decir, que esta hoja de papel, fué antes muchas otras cosas que no eran precisamente lo que yo percibo como papel. Y así, lo existente sufre transformaciones infinitamente sin perecer en su esencia. Que es energía. Conciencia pura.
Nada es malo ni bueno. Simplemente es eterno, simplemente es nirvana.
Así, de esta forma. Yo soy eterno. Yo soy nirvana. Yo soy el padre.
He pasado por miles de transformaciones y diversos estados del ser, así como diferentes formas y tamaños materiales.
He sido luz y oscuridad, estrellas muertas y planetas, gravedad y antimateria, cometas y lunas, océanos y mares, tierra fértil y agua, anfibios y peces, microorganismos y virus, enfermedades y guerras, violencia y paz, conocimiento e ignorancia, infinidad de muertes e infinidad de vidas, mamíferos y reptiles, montañas y llanuras, plantas y árboles. Y ahora; un hombre con una pluma en su mano expresando sus ideas, manifestando su eternidad, brillando como lo que realmente es. Nirvana.

Introducción

Cualquier pensamiento manifestado por palabras escritas, dichas, o acciones, presupone para el sujeto que lo manifiesta, una percepción por otras conciencias, y ésta percepción es de acuerdo a su capacidad de representarlo en su experiencia intelectiva y sensitiva. Por lo tanto, dar testimonio de tu verdad, que es tu experiencia, es lo único suficiente para el ser. Mas aún, una existencia presupone una manifestación sin ser palabras, pues si pensamos con agudeza, podemos observar que a pesar de todas las diferencias en las manifestaciones, éstas son captadas de acuerdo al sujeto que las conoce. Por lo tanto mi verdad son mis observaciones y mi forma de representar las cosas. Después de esto, no hay existencia alguna, pues sin sujeto no hay conocimiento. Esto es lo que por cultura general conocemos por la historia de la filosofía, el saber que el sujeto es lo único permanente, y después de esto, podrá dar una opinión de las consecuencias de su existencia.
Para que lo escrito en este libro tenga una validez de importancia es necesario primeramente, tener el conocimiento de que las palabras, por más estructuradas y acomodadas que se encuentren, así como la utilización de un método filosófico para la presentación de tus ideas, son sólo una forma de dar a conocer tus experiencias. La idea matriz de éstos escritos es dar a conocer mi verdad del ahora y mi intuición, ya sea de una forma intelectual que no sólo es razón, si no un conjunto de factores muy distintos a la razón como lo es la percepción por sentidos, la imaginación y el temperamento del momento.
Cuando yo expreso mi verdad del ahora, independientemente de los conceptos aprendidos anteriormente, significa que doy testimonio de mi presencia, y mi presencia, siendo yo, sujeto del conocimiento, es lo único.
De esta manera, lo escrito en este libro no tratará por ningún medio de convencer al lector de los puntos referidos, si no que por el contrario, las ideas expuestas a continuación, invitan al sujeto que conoce (el lector), a que encuentre su propia verdad y la exprese de cualquier forma posible.
Para mi punto de vista, las ideas de cada individuo son tan absolutas como el mismo, pues si todos los pensamientos coincidieran, no habría diferencias en nada, y precisamente las diferencias en tu percepción te dan un sentido de originalidad e individualidad. Cabe mencionar que el concepto de individualidad no es para mí un egoísmo, si no que la individualidad nos da un sentido de ser. Todo este sentido de ser, a mi forma de representarlo, es un mundo espiritual.
Un mundo espiritual que es absoluto para cada conciencia; de esta manera, todos tus conocimientos aprendidos ya sea por tu experiencia o por medios ajenos, forjan tu personalidad y por consecuente, tu expresión del ser que supone una infinidad de factores.
Para mi punto de vista, las palabras son sólo un medio de expresión al igual que una reflexión, y la literatura expresa sólo una idea de tu conocimiento. La escritura es sólo conocimiento, pero la verdad supera el conocimiento. La verdad es tu presencia, tu mundo del espíritu.
Dieses sind meine methaphisik.

El autor.